viernes, 11 de noviembre de 2016

El desenlace inesperado


El desenlace inesperado



Antón, era un hombre con un físico atractivo, de buena familia y posición acomodada.

Era burlón e irónico y todo lo ideaba en su propio beneficio.

Se reía del mundo y de todo, hacía burla de adivinadores y videntes, decía que eran charlatanes de feria, no creía en esas patrañas, pensaba que era el rey del mambo y no creía en la fuerza del destino.

Una gitana le echó las cartas y la mandó a hacer vientos, marchándose sin escuchar las maldiciones y ultimas predicciones. 

Todo lo poseía, todo menos personas amigas con las que disfrutar de una agradable compañía, por su rudo carácter y su forma tan prepotente de actuar.

Un día al salir del teatro una joven pordiosera pero con aspecto de vieja bruja ya que vestía unos raídos harapos, le faltaban casi todos los dientes y una de sus mejillas estaba totalmente desfigurada por el corte de una navaja, le pidió una limosna para poder alimentarse ya que llevaba varios días sin comer, a lo cuál se negó y es más le dio un empujón lanzándola hasta el medio de la calle y a punto estuvo de ser atropellada por un carro de caballos.

El siguió su camino, a lo lejos se oían los gritos lastimeros de la joven pordiosera.

Más adelante paró a tomar unas copas en el bar Petrus; un borracho de oficio le pidió le invitara a un trago de la botella entera que le habían servido. A lo cual se negó y el borracho lo maldijo.

Salió de la taberna y se disponía a marcharse a casa cuando unos niños andrajosos le pidieron unas monedas para comprarse unas chucherías, a los cuales espantó con grandes ademanes y alguna que otra patada en el trasero de alguno de ellos. Se marcharon maldiciéndole.

A continuación decidió ir a pasar un rato al casino, realizó varias apuestas ganando una inmensa fortuna, después de tomarse unos tragos de licor recogió el dinero y regresó a casa.
Al entrar en el zaguán se miró a un gran espejo que tenía y ve los rostros de : la joven pordiosera, el borracho de oficio y los niños andrajosos y la fortuna que acababa de ganar en el casino y cayó en la cuenta que acababan de realizarse en ese mismo día cuatro de las cosas que le había profetizado aquella zarrapastrosa echadora de cartas y solo quedaba cumplir la última que era el suicidarse esa misma noche a continuación.

Cosa que llevó a cabo.

El destino de las personas está escrito.

Un hombre que aparentemente lo tiene todo pero a su vida le ha faltado sentido.


Vida, muerte…
solo un ruido sordo los separa
un disparo en el paladar
será doloroso?
pronto lo sabré.


Resultado de imagen de suicidio



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